Resumen: "Espacios de acción y aventura"

En este artículo se explica una de las prácticas educativas sobre la Educación física que lleva a cabo en niños de tres a ocho años el Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el deporte, Javier Mediara Rivas, en el Colegio Pío XII de Huesca sobre sus estrategias de aprendizaje en espacios de acción y aventura.

En un primer momento, los espacios de acción y aventura se utilizaban para satisfacer el placer sensoriomotor de los niños. Sin embargo, para el Dr. Javier son un procedimiento didáctico que utiliza la manipulación pedagógica de la circunstancia ambiental para potenciar el juego, el aprendizaje y el desarrollo global de los niños. Los objetivos de éste eran que los niños tengan autonomía, que desarrollen su creatividad y potencien su adaptación al mundo. Además, que aprendan competencias, desarrollen capacidades y aprendan a aprender, sin olvidar su madurez y el desarrollo de los aspectos componentes de su personalidad.

Su experiencia fue realizar en un gimnasio trece montajes siguiendo un orden basado en la clasificación de los juegos de Piaget: 

Ciclo l. Juegos de ejercicio. Espacios naturales: se proponen elementos materiales y motivacionales que potencian la consecución de autonomía y autocontrol en la acción de jugar.

Ciclo 2. Juegos simbólicos. Espacios imaginarios: se incorporan elementos materiales y motivacionales que potencian una participación más atrevida y creativa.

Ciclo 3. Juegos con reglas. Espacios recreativos: se introducen elementos materiales y motivacionales que potencian una participación cada vez más organizada.

El autor considera tres fases en cada sesión:

Información inicial: se le ofrece al alumno las explicaciones, orientaciones y normas referidas al montaje y las zonas de juego; sin olvidar el factor motivacional.

Juego activo: desarrollan su programa de aprendizaje, satisfacen su necesidad de movimiento, curiosidad por afrontar pequeños riesgos, toman decisiones y aprenden como aprender lo que quieren saber hacer.Verbalización final: consiste en recordar la actividad física realizada, seguido de una valoración positiva hacia el alumno por parte del profesor.

Finalmente, el autor considera  la necesidad de un maestro que reflexione, prepare, estimule, guíe y oriente la actividad de los niños;  además de que tenga  una actitud que considere a los niños como personas únicas con un estilo determinado de aprender, unas competencias previas y enormes posibilidades de avance progresivo.